15 octubre 2006

Gestionar las expectativas del cliente



Parece ser que existen dos métodos para asegurar la satisfacción del cliente. El primero de ellos consiste en incrementar la calidad personal o del producto. Un segundo método reivindica el disminuir las expectativas iniciales que el cliente posee acerca del servicio.

En este sentido, este verano tuve la ocasión de experimentar lo que, a mi juicio, constituye un buen ejemplo de este segundo método. En un restaurante brasileño solicité una carta donde, en un gran recuadro, aparecía el siguiente mensaje:

Apreciado cliente:
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Barra Grande desde 1996 para aquí, ha experimentado un creciemiento turístico muy grande. A pesar del esfuerzo y del cariño de sus habitantes y de sus empresarios para atender esta demanda, todavía no hemos conseguido llegar al nivel ideal.
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Por esta razón, solicitamos su comprensión en el caso en que su pedido se demore un poco, ya que todos nuestros platos se preparan en el momento.
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Buen provecho.
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A mí personalmente, me encantó el detallé. Quizás eso contribuyese a que mi valoración del restaurante fuese tan buena...

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